Veinte minutos de espera de media para un cortado, más de media hora segura para un bocadillo. Un buen puñado de “emprendedores” han aprovechado la ocasión para vender esteladas a 5 y 10 euros -negociables, porque a media tarde ya se regateaban-, camisetas feministas, chapas de todo tipo, abanicos, bebidas frías e incluso cucuruchos de patatas chip a dos euros.