Antes del encuentro en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, al que acudieron unos 20.000 espectadores, camisetas futbol baratas se guardó un respetuoso minuto de silencio en homenaje a las víctimas del terremoto. Tras reclutar aficionados falsos, esconder a miles de trabajadores fallecidos en las obras relacionadas con el Mundial y prohibir prácticamente cualquier cosa, desde las cervezas a los besos en la calle -por no hablar de la homofobia o de los precios estelares para viajar y ver un partido- no está nada claro que el negocio del fútbol le salga redondo al emir del Qatar.