En los últimos años, el Valencia CF ha vivido una de las etapas más inestables de su historia reciente. Lo que antes era un club competitivo en Europa y con una afición apasionada se ha visto sumido en una profunda crisis deportiva e institucional. Desde la llegada de la actual propiedad, los conflictos entre la alta dirección y los aficionados han ido en aumento. Este descontento se refleja no solo en las protestas constantes, sino también en el creciente desencanto generalizado entre los seguidores, que antaño compraban con orgullo cada camiseta valencia cf barata al inicio de temporada, y hoy lo hacen con escepticismo o, directamente, desilusión.
La falta de un proyecto deportivo coherente ha sido una de las principales causas del deterioro del club. Decisiones polémicas como la salida de figuras clave —Dani Parejo, Rodrigo, Ferran Torres— sin refuerzos equivalentes, sumadas a la escasa comunicación de los altos mandos con la afición, han agravado el clima de tensión. Los aficionados sienten que se les ha dado la espalda, que su pasión ha sido ignorada por una gestión más interesada en beneficios financieros que en la historia o el prestigio del escudo.
A nivel deportivo, el equipo ha pasado de pelear por puestos europeos a luchar por la permanencia en algunas temporadas. Esta caída de rendimiento ha tenido efectos devastadores en la moral de los jugadores y del cuerpo técnico, constantemente presionados por una atmósfera hostil tanto en Mestalla como fuera del campo. Los entrenadores, muchos de ellos con proyectos prometedores, no han recibido el respaldo necesario para construir a largo plazo, lo que ha generado una rotación continua e improductiva.
Pese a este panorama oscuro, la afición del Valencia ha demostrado una lealtad inquebrantable. Con manifestaciones, pancartas y campañas en redes sociales, han tratado de alzar la voz por la dignidad de su club. Esta lucha ha trascendido el plano deportivo y se ha convertido en un movimiento social en defensa de los valores históricos del equipo. El amor por los colores sigue vigente, aunque teñido de frustración y dolor.
En este contexto, las camisetas de futbol replicas siguen siendo un símbolo de resistencia. Muchos aficionados las visten no solo como apoyo al equipo, sino como expresión de protesta y de identidad frente a la deriva institucional. Aunque los resultados deportivos no acompañen, la llama valencianista sigue encendida, esperando tiempos mejores donde el club y su gente vuelvan a caminar de la mano.