Por ejemplo, en Brasil, los partidarios del presidente electo, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quieren recuperar el simbolismo de la camiseta amarilla que han acaparado los fanáticos del presidente saliente de extrema derecha, Jair Bolsonaro. Daba lástima pensar que el sevillano, una leyenda del fútbol español y también de la Selección, pudiera tener un final tan triste y quedara la imagen de verle arrastrándose por los campos franceses como un juguete roto.