Luego cerró el grupo con otra victoria, 1 a 0 a México, quedando primero en el grupo, cosa que no ocurría desde el mundial de 1954. En octavos le tocó Corea del Sur, partido trabado que se definió en el alargue con gol de Luis Suárez, por 2 a 1. Luego llegó el mejor partido del mundial, donde igualaría 1 a 1 con Ghana, y lo superaría por penales, con la recordada picada de Sebastián Abreu.