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En el fondo de mi ánimo acontece lo que en las bahías: las mareas suben y bajan con intermitencia. Las pocas veces que me embriagué, camiseta de belgica lo hice por ociosidad o por curiosidad: para matar el tedio o para conocer la sensación tiránica que bestializa a los bebedores. Pero a la manera que la bruma asciende a las cimas, camiseta de senegal sentía subir en mi espíritu el vaho de la congoja humedeciéndome los ojos.